En el complejo mundo de la ingeniería automotriz, donde cada componente juega un papel vital en el funcionamiento sin problemas de un vehículo, el motor de arranque se destaca como un jugador fundamental. Este dispositivo humilde pero esencial es responsable de poner el motor en acción, transformando efectivamente una máquina inerte en una poderosa fuerza generadora de energía que impulsa el vehículo hacia adelante.